lunes, 9 de marzo de 2009

se teje de cintura, de pie... y caminando.






Considero dentro del tácito pacto de caballeros aclarar que este güipil de la memoria se teje a semejanza de uno procedente del territorio de los mixcos, en el recóndito espacio donde no hay caminos (ref. nohaycaminos.blogspot.com) , abríendo también brechas entre los hilos conductores de la memoria.

La imagen superior corresponde al güipil de diario de Chalchitán, aldea ubicada en el municipio de Aguacatán, Huehuetenango y corresponde al mes de diciembre de 2006, el mismo está decorado con glifos calendáricos sobre manta blanca, también los hay de flores. La tejeduría quedó grabada en la memoria de la corta temporada de mapeo del sitio arqueológico Chalchitán, realizada entre Sergio, Gustavo, Jorge Mario y yo. De aquella semana guardo la expresión absorta de ver cómo el agua brota en cantidades industriales desde la piedra donde nace el río San Juan y el asombro de haber visto la red de canales prehispánicos que distribuyen el vital líquido entre las plantaciones de maíz, ajo y cebolla, además de un vínculo de hermandad con los tres sujetos mencionados con quienes, a la fecha, seguimos haciendo de la arqueología nuestro modus operandi.

Se tejen historias, música pagana, cerros y otros menjurjes desde esta casa llena de tejas viejas. ¿Va llevar?