miércoles, 19 de septiembre de 2012

Huitán: ante los ojos de nadie

Porque sucede a diario y hasta en quienes sabemos priva el olvido. Huitán, enmarcado en las montañas de la Cordillera Central de Guatemala, al norte de los volcanes, es uno de esos municipios que la mayoría de guatemaltecos apenas hemos oído mentar. Como paraje, es un punto imponente donde predominan los celajes, hace frío y, como no tiene grandes rótulos publicitarios, el paisaje se impone y deja una sensación de calma... y de ahí para adelante, es puro contraste.

Hablando un poco de números, Huitán cuenta con una población predominantemente maya hablante, mayoría de escaso poder adquisitivo y que ostenta la nada honrosa primera posición en el listado de municipios con alto índice de desnutrición crónica en el departamento de Quetzaltenango y sucede que en tierras que dan para varios cultivos y para el pastoreo de ganado lanar, no crece ni el asfalto porque la pésima administración pública solo se recuerda de este pueblito cuando hay que llamar la atención de la prensa y decir que algo se está haciendo por la salud (la niñez, contra el hambre, la agricultura, el desarrollo...) y luego, de nuevo al olvido por meses. Así pasa en Huitán, en Santiago Chimaltenango, en Concepción Tutuapa, en cada lugar del occidente que visitan las autoridades de Seguridad Alimentaria y las personalidades de Estado y todos los demás venimos y lo vemos como ver llover.


En el espacio personal, este viaje por Paxoj, Huitán -imagen supra-, en labor de acompañamiento a las futuras nutricionistas de Quetzaltenango para realizar un barrido nutricional (medición de peso y talla de los niños en edad preescolar para detectar índices de desnutrición) -imagen infra- y las visitas al Hospital Nacional de Occidente  (de mis cada vez más en lontananza labores en la SESAN), dejaron mi espíritu en la misma situación que está el municipio referido: contradicción total. Me indigna tanta pantomima estatal contrapuesta al esfuerzo de estas futuras profesionales a quienes, en mayoría, sí les importa y hacen lo que está en sus manos, me mueve el tapete la "gracia" esa de tanto ixchoquito desnutrido con el futuro truncado desde los primeros meses de vida y me conmueve que, aún así, sonríen (más que yo, por lo menos), me maravilla el paisaje y creo que se puede, pero sucede que, cuando la cosa aparenta como que comienza a andar bien, luego resulta que siempre no.  
  

Por los caminos de Paxoj, lo incierto es todo y sucede que es,, al final, adonde hay que ir, en donde hay que comenzar a olvidarnos del olvido.

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