miércoles, 24 de octubre de 2012

Casa No’j y las patéticas decisiones ajenas.


El día sábado 20 de octubre salió a la luz pública una idiotez fraguada en la concejalía quetzalteca. La sola idea de convertir el Centro Cultural de Xela en una sede para las oficinas de los funcionarios municipales es noticia  para tirarse del pelo y, con todo, la propuesta del concejal décimo, Jorge Rodríguez, va por esa línea (ver nota en http://elquetzalteco.com.gt/quetzaltenango/concejales-vedar-cultura),  pretendiendo transformar Casa No’j en una cueva de ladrones, de funcionarios ineptos que, ni cambiando sus cuchitriles por la impresionante construcción decimonónica van a producir algo bueno para la sociedad altense.


 Es comprensible más no justificable tan patético razonamiento (si existe razón en tal grado de estupidez) ya que hemos visto la manera como la comuna de Quetzaltenango mete la pata en repetidas (y no pocas) ocasiones y tomar un edificio emblemático del centro histórico serviría para legitimar la gloria y el poder de la ignominia en el occidente de Guatemala. Las razones que pueda aducir el concejal, que vayan desde falta de espacio hasta el gusto por abusar del poder, no pueden tener lugar en el país o en ninguna sociedad que pretenda denominarse civilizada, porque dejar a un pueblo sin difusión de las artes y la historia únicamente propiciará  el enraizamiento de una identidad basada en el futbol y la comida… pero Quetzaltenango es más que eso: esta metrópoli, ahora desordenada y con más problemas urbanos que cualquier otra en el país (la mayoría por ineficiencia de las autoridades locales), es una de las áreas geográficas de América Central que mayor producción artística ha tenido desde el siglo XIX. Los arquitectos italianos instalados en su mismo corazón y sus descendientes, han aportado al mundo entero un espacio urbano mágico. Los pintores y músicos han conjugado arte, calles y volcanes para darle vida al mestizo y liberal espíritu altense y cada uno de estos genios han postrado su obra en los muros de la ciudad, en las butacas de sus teatros, en el oído y el alma de los chapines. Y  Casa No’j es el espacio vital de un país dinámico, el único espacio público en toda la región que no distingue clase, que alberga el arte sin esnobismos, con el orgullo de ser de acá: de Guate, de Occidente… de Xela.

 Cada muestra de las artes que tiene lugar en el Centro Cultural de Xela es un paso que Guatemala da hacia adelante, esas exposiciones y eventos a donde acuden más de 100 personas a una inauguración, en un país donde todos creen que a nadie le importa, es la mejor excusa que tenemos para preservar y vitalizar este espacio, para llamar a las protestas así como se llama cuando hay pobreza y hambre, porque el ser humano también necesita del alimento para el espíritu, ese que nace con la difusión de la cultura. Allende lo anterior, el inmueble de Casa No’j fue restaurado con apoyo de amigos extranjeros que dieron su aporte con la única finalidad de convertir una obra magna de la arquitectura en casa de artistas  y ventana de la cultura para el mundo entero.

 Esta vez la vergüenza tiene nombre y apellido y hasta un puesto en el Concejo Municipal de la Emérita Ciudad de Quetzaltenango, esta vez el corazón de la cultura siente rabia, porque Casa No’j, que es la casa de todos, no debe convertirse en una pocilga de burócratas. Y si eso quieren, si no van a darle a la cultura otra alternativa, entonces insto al Concejo a que, como prima por el desalojo, pague recuperando todas las aceras de la zona 1 a la 7, reparando todos los drenajes pluviales (comenzando en Pacajá y terminando en la zona 3), resolviendo de tajo todos los abusos que cometen a diario los microbuseros con la venia de la comuna, pavimentando ese montón de callejones lodosos, pagando la deuda de la luz, limpiando la Terminal de buses y ordenando la misma para que los usuarios caminen seguros y en un ambiente sano y, por último, que edifiquen un centro cultural a la altura del Teatro de la Ópera de Sidney para que ese espacio vital no muera. Después de todo eso  y solo después, daremos pauta los artistas y ciudadanos comprometidos para que muevan a la gente, a las obras de arte y a cada uno de los que visitamos y vivimos Casa No’j, porque, de no ser así, ese lema tan expresivo de, “Arte  y Cultura en Xela” va tener que cambiar por algo así como “Estupidez y prepotencia en Quetzaltenango”… pero debemos aplicarnos y recordar que nosotros, población entera, podemos exigir el respeto de nuestros espacios y presentar una oposición recia y elegante (como artistas, sin violencia) ante las necedades de un concejal que tiene de culto lo que yo de astronauta.

Yemo Chocano Alfaro, ciudadano de la República de Guatemala

Ciudad de Quetzaltenango, 24 de octubre de 2012

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