viernes, 12 de febrero de 2010

De riscos, iglesias y mercados (parte 3)

Al pasar del entronque de San Lorenzo, en dirección hacia Ixchiguán, una serie de aldeas van dejándose ver sobre la planicie superior del cerro Serchil. La más poblada de estas pequeñas villas es San Sebastián, la cual busca, desde hace algunos años, su acenso a categoría de municipio, lo cual esta visiblemente justificado, más allá de su extensión de área urbana, en la importancia comercial que esta puerta del Altiplano Marquense ostenta entre los poblados de la montaña, contando con el mercado más grande al norte de San Pedro Sacatepéquez, donde inclusive la población de la cabecera departamental, en algunas ocaciones, acude para abastecerse de los productos frutales procedentes de Tejutla, San Lorenzo y Tacaná. Allende la variedad de producto agrícola, los viernes de plaza resultan peculiares cuando el mercado de animales se instala en el predio contiguo a los puestos de manías y vegetales a la orilla del asfalto, lo cual entorpece el tránsito de  automotores que circulan por allá.
Varias han sido las cosas que llamaron mi atención de aquel recorrido de mercado en nuestro camino de retorno luego de visitar Tacaná, quizá la nostalgia de mi madre por conseguir manzanas de semilla local haya sido el facotr principal que nos obligó a detenernos en aquel punto donde, además, compramos manías y, ya sobre la ruta, nos despedimos del paisaje que corona el Tajumulco.

2 comentarios:

Daniel dijo...

Pocas veces me detuve en San Sebastián. Es decir, pocas veces bajé del bus que me llevaba a Ixchiguán para presenciar desde otro punto de vista el ir y venir de ese punto comercial del altiplano marquense. Recuerdos de por ahí tengo muchos, ya vos sabés de qué hablo.

Analiss dijo...

mmmm.... han de estar ricas las manzanas, se me antojan como que con un poquito de sal. jejeje