lunes, 11 de julio de 2016

Serie vitácora No.1. De tarde en Huixtla

Si me hubiesen dicho de pasear por los municipios que rodean a Tapachula, creo que no hubiese ido con mucha emoción, pero la aventura de terminar por casualidad en un poblado pequeño del Soconusco Chiapaneco, ha sido el arranque perfecto para un viaje sorprendente que fui planificando, literalmente, sobre la marcha.

Quesadillas de champiñón y primeras impresiones: Huixtla es, básicamente, una estación de tren con pueblo. Un paisaje que, no fuera por el asfalto, serviría para filmar una western sin mayor problema. La idea original era llegar hasta San Cristóbal, así se lo informé a Flori, pero era ya tarde y por la carretera que corre del Soconusco a Los Altos no se encuentra bus (camión) que le lleve a uno en horarios nocturnos, así que, de Tapachula salí para Huixtla, pregunté por el siguiente camión para Motozintla y por las posibilidades de llegar, al menos, hasta Comitán, pero las respuestas fueron desalentadoras... era tiempo de improvisar.

Se definió como siguiente estación la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, desestimando la posibilidad de llegar a Sancris aquella noche. Con un presupuesto ajustado, decidí entonces comprar boleto para la media noche y dormir en el bus... Pagado el importe, tomé la cámara y me fui a recorrer las arterias más concurridas de este sureño pueblo.

Calles con banquetas amplias, casitas del siglo XIX mezcladas con otras más modernas y los rieles del viejo tren atravesando la calle principal, copados por vagones en abandono y con automotores aparcados sobre las mismas. Esta era la primera escena y luego apareció la casa vieja de la antigua estación. La reminiscencia de la línea (zona 4 de Guate) hizo que guardara distancia y que decidiera no acercarme. Luego fui al parque, a la calle de la iglesia, que es la misma de la empacadora de café y luego, a buscar una taza del previamente citado grano antes de volver a la estación a esperar la salida del bus.

La estancia breve fue muy grata: vi un pueblo con muchas casas en venta, anduve unos pasos sobre las vías del tren que algunas añoranzas traen y disfruté del calor insolente de la frontera sur.... quizá, solo quizá, algún día no planificado, el camino me lleve de vuelta.




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