martes, 18 de enero de 2011

Del pueblo de Quiché: Los Cerritos-Chijoj

¡Promesas que terminan por cumplirse! Tras varios años de auxiliatura y gustoso acompañamiento en el curso de Tierras Altas, por fin, en los primeros días de diciembre de 2010, con un grupo de estudiantes renovado y algunos amigos de la vieja guardia, llegaron mis botas hasta los sitios arqueológicos de Canillá y Sajcabajá. Yvonne fijó las coordenadas para el comienzo del viaje en el centro y sureste de Quiché y, siguiendo la semblanza diacrónica, acá presento algunas memorias de la tercera parte del primer día de recorrido. 
 El sitio de las fotografías adjuntas es conocido como Los Cerritos-Chijoj, nombre compuesto por su localización en el límite de los caseríos así llamdos, enclavados en el valle de Canillá. Este asentamiento prehispánico es una de las grandes urbes del Epiclásico ( + 850 - 1100 d.C.), y presenta una serie de estructuras, restauradas por la mismión francesa, que incluyen templos, un imponente patio para juego de pelota (infra), un marcador de piedra (supra) y otros elementos.
Tanto en el ámbito de la investigación, como en el sector turístico, este sitio ha quedado relegado a las últimas casillas (como cualquier otro de las Tierras Altas). Escondido a la sombra de los grandes templos de Petén y de los proyectos, ahora de moda, que buscan establecer los sitios más antiguos de Mesoamérica (en el afán de agenciarse de fondos para enraizarse en un quehacer técnico, cada vez menos decoroso), los Cerritos-Chijoj es uno de los remanentes más importantes de los grupos que habitaron las serranías en tiempos previos al auge de los señoríos posclásicos, que observándose de conjunto con  Xa'lchuun, Sacapulas y Chukmuk,Atitlán, además de los sitios de la Cultura Cotzumalguapa, denotan una serie de rutas comerciales importantísimas que resaltan un desarrollo independiente en gran medida de los centros rectores del Clásico del Altiplano Central Mexicano y las Tierras Bajas que, dicho sea de paso, para el año 1,000 d.C., se encontraban ya abandonados o en etapas decadentes. Tales rutas permitieron la mixtura de estilos escultóricos y arquitectónicos disgregados por toda la cuenca del Río Negro y que enlazaron, según evidencias cerámicas y rupestres, con los centros rectores de las tierras del sur.

De este recorrido también debo rescatar la persistencia del grupo de viajantes que, aún sabiendo la trampa de camino que habriamos de sortear en el retorno hacia Santa Cruz, recorrieron la zona arqueológica entrada ya la noche en la cual se dejó ver, además de las estructuras, la emoción y el agrado con el cual los anfitriones (supervisores y trabajadores regionales de arqueología de Canillá) atendieron la comisión, guiando nuestro andar entre la oscurana y poniendo a nuestra dispocisión, inclusive, las luces altas de sus motocicletas con tal que las fotos salieran bien.

1 comentario:

Analiss dijo...

Que bueno saber, que existieron grandes ciudades y no sólo en Peten. Para los que no sabemos mucho de arqueología.