lunes, 28 de diciembre de 2009

Tajumulco y Tacaná




Estas imágenes corresponden a las dos cumbres más prominentes de Guatemala, los volcanes de Tajumulco y Tacaná, ambos ubicados en el territorio marquense, muy próximos a la frontera con México. Sobrepasando las nubes, desde la cumbre nevada del Tajumulco, expreso mi deseo por un 2010 lleno de buen viento y bendiciones para vos, que acompañás este güipil diacrónico de la memoria.

En la azotea de Centroamérica



Este viaje fue inesperado, habíamos platicado, días antes, de emprender camino a cualquier parte el fin de semana posterior a la Navidad y el mismo 24 surgió la idea de ascender al punto más alto de la América Central para acercarnos a la nieve que calló la semana anterior, evento de características únicas en estas regiones templadas, del clima perfecto del Istmo.
El gabinete en pleno -Sanchez, Giovany, Edgar, Roberto y yo-  aprobó la expedición e integramos al equipo a Pepe y pactamos la salida para el 26 hacia el Altiplano con la intención de tomar por asalto el volcán el 27. Para no variar, hubo que perderse al momento de buscar la entrada, pues el único de todos que había llegado a la cima (y de eso hacía como una década) era Edgar. Después iniciamos la caminata en las faldas del coloso, acompañados durante el recorrido por un cielo despejado y la imágen de la cumbre blanca que constituía el objetivo principal de la última salida del 2009.

Tras varias horas, con el grupo partido, Pepe y yo nos desviamos hacia las faldas de la cumbre Centroamérica, las más pequeña de las tres que conforman la cima, y nos adentramos en el hielo para tomar algunas fotos y disfrutar de aquel acontecimiento inusual y desde este punto, el ascenso tomo un tinte  de reto, con la emoción de llegar al cráter, siempre a paso cadencioso para no cansarnos antes de tiempo.
Al llegar a la zona de campamento nos reunimos todos, con excepción de Sanchez, que había alcanzado ya la cumbre, para salir entre el hielo en dirección del techo de Centroamérica, mismo que alcanzamos tras cinco horas de recorrido.

La nieve, una capa blanca que de a poco tornó en un granizo fino nos esperaba y luego de contemplarla, de percibir su magia, de caminar sobre ella, alcanzamos la cumbre (y también a Sanchez), colocándole de esta manera el broche de oro al año que se despide, con mucho cansancio y toda la satisfacción necesaria para comenzar "la cuesta de enero" con una historia más en el tejido de la memoria.

lunes, 7 de diciembre de 2009

Del Maestro Recinos





Magna obra... tan sublime que toda palabra queda corta.

Este lugar de líneas caprichosas trazadas con la intención de seducir al entorno siempre me han parecido como la cima de la arquitectura centroamericana, una edificación que se eleva en armonía con los volcanes que resguardan la ciudad, con la ciudad misma, con el gris de junio y el celeste de noviembre...
Y los interiores sonoros, la acústica perfecta. Todo se presta para que, en escena, el mágico canto de la marimba y las figuras del ballet sean inmortalizados.

Diablos en carrera



Como preámbulo a la quema, remanente de las Luminarias de Concepción, la "carrera de los diablos" se efectúa en San Marcos y San Pedro durante una semana que concluye con un desfile a manera de convite, en el cual se premia la creatividad de los artesanos que transforman la madera de miche en singulares máscaras que representan al señor de la oscuridad, que sale a perseguir a la gente que se aglomera a inmediaciones del parque.
Con una variedad cada vez mayor de personajes entre los cuales puede mencionarse a los bushes, la muerte y, por supuesto, los diablos, se lleva a cabo esta actividad desde hace más de ocho décadas, en una tradición propiciada por Don Artemio Sosa, cuyas máscaras aún se conservan en poder de sus descendientes.

Este año en particular me sorprendió el montaje de los diablos de fuego que realizaron todo un espectáculo que incluyó una coreografía con cadenas encendidas en sus extremos y la participación de un tragafuegos ensangrentado (el de la foto superior) que se convirtió en la máxima atracción de la noche.
Los diablos son pintorescos. Sin importar la edad, estos personajes salen a correr, chicote en mano, por las calles anchas y la plaza para asentarle su respectivo riendazo a todo aquel que no se quite, así como a uno que otro belsebú que, por pasarse de listo, termina siendo el blanco de un ataque masivo que inicia al son de una tonadita que reza: "que-co-rra- que-co-rra..." y en ese momento, la cosa se pone aún más interesante.
Aún no tengo muy claro el por qué de esta tradición medio masoquista, pero se que año con año el fuego emite un llamado para venir en la búsqueda de estos personajes que, según la tradición cristiana-laica, son derrotados con el fuego de las luminarias del 7 de diciembre.  

domingo, 6 de diciembre de 2009

Entre los cerros


Esta vez el bordado de la cinta asfáltica me trajo de nuevo al Valle de La Ensenada. Con todo el gusto del caso, la primera imagen que apareció ante mis ojos fue la nueva sección del Parque Ignacio Juárez, cuya remodelación tardo varios años y que, después de una larga espera, presentó su rostro cambiado: de mostrarse a partir de una escalinata que ascendía hasta el kiosko fue transformado, visto desde la cara oriente, en una fortaleza de trazos imponentes en cuya plataforma superior, una manada de felinos resguarda la ciudad.

La arquitectura de San Marcos ha sufrido una serie de cambios interesantes que demuestra el gusto local por mantener el ornato en su punto, en respuesta de la rivalidad histórica que se guarda con los vecinos de San Pedro Sacatepéquez, cuyo pueblo también se engalana con su parque, al centro de las calles más dinámicas del Altiplano.

En las fotografía se presentan algunas perspectivas del Parque Juárez, remodelación a cargo del Arquitecto Billy Barragán y el Ingeniero Victor Juárez Cárdenas, quienes realizan, con esta obra, un aporte memorable a su comunidad.