miércoles, 4 de noviembre de 2009

Atitlán

Acá nos vemos las caras mil veces: entre los callejones de San Pedro que huelen a café y a yerba; entre el patín, los aguacates y las piedras talladas de Santiago; en las anecdóticas esquinas de Panajachel. Acá fuimos y, a ratos, seguimos siendo realidad paralela durante los feriados largos y, como en mi caso, durante las jornadas de trabajo.
Y me parte el alma el color café que tomó control del laguito, intento darle un orden lógico a los pensamientos para comenzar a mirar de frente al problema y buscarle salidas, porque ahora el azul profundo que revuelve el Xocomil tiene un aspecto similar al Xolotlán, ese triste manto acuático de Managua que sigue batiéndose contra el malecon sin que nadie atienda sus reclamos.

En este espacio, hoy, cabe demandar a las autoridades y a cada ser humano, las acciones necesarias para detener el deterioro de Atitlán, para que nos responsabilicemos de este desastre del que nosotros debemos culparnos, hacernos responsables y tratar de sacar, como sea,  la metida de pata. 

2 comentarios:

Analiss dijo...

La verdad si es muy trizte lo que esta ocurriendo, sobre todo porque es un lago muy hermoso.

Hanna dijo...

Que lastima.... y aún así nuestras Autoridades dicen que es una exageración por parte de los medios.... pero finalmente, de quien es la culpa???? Si siempre damos x sentado las bellezas q tenemos.