martes, 21 de abril de 2009

Dios los cría...

Siguiendo el camino hacia el sur, en una de pocas veces que llegué más allá de San Salvador, hube de hallarme de mediador en una discusión acerca de mi país en la cual el interlocutor principal era un mexicano que pregonaba que si los quichés esto y los aztecas lo otro y Guatemala acá y México allá y, bueno, hasta que de shute me dispuse a interrumpir y, las casualidades de la vida, me encontré con que Jorge (el gordito de la foto), quien viajaba a nicaragua con la vista puesta en unos petrograbados que están en la Isla de la Zapatera, a medio Lago Cocibolca a donde, por cierto, no llegamos porque erramos el camino, resultó adicto a la ciencia de jugar tierra y tejas viejas, a tal grado que los dos arqueólogos terminamos recorriendo las planicies al centro del país de los lagos y los volcanes, hablando de historia hasta el amanecer y recorriendo caminos mientras el calor inclemente trataba de mermar nuestro paso. A la fecha seguimos viajando, principalmente en El Salvador y Guatemala, recorriendo el tejido de la vida en este Itsmo que nunca deja de sorprendernos.
En aquel recorrido, como premio de consolación por no llegar a La Zapatera, alcanzamos una isleta más cercana donde se edificó el Torreón de San Pablo, un fuerte destinado a limitar el ingreso de los piratas ingleses que intentaban llegar a tierra desde el Río San Juan pasando por el lago. Desde las almenas de la torre pareciera que aquel mar interior es interminable.

2 comentarios:

memé lesh dijo...

Cuando no los mexicanos que se la llevan! jejeje me gusta la forma en que lo escribis, lo haces parecer una historia, de repente se ouede escribir un guion! Exitos y segui llenando de publicaciones como estas que si interesan!

Anmé dijo...

si ellos se juntan (e! conozco a esos dos de la foto =))