sábado, 11 de abril de 2009

Entre Serchil e Ixtagel




Las imágenes de acá son frescas, de este Viernes Santo en las calles de San Marcos, las mismas constituyen un registro del acontecer festivo de la Semana Mayor. La mayoría de familias de cada cuadra se une para tapizar el suelo con aserrín, corozo y, como detalle adicional, pintan con añelina el pavimento para complementar la decoración llena de efímeras obras de arte. El retorno a Los Altos de La Ensenada trae la necesidad de la migración definitiva, dejar la caótica ciudad y permanecer para siempre entre el frío, las montañas y las nubes. Al retorno, guardo la imagen de la Dolorosa en su andar cadente y, aún sin irme, llevo ganas de volver.

2 comentarios:

Daniel dijo...

San Marcos sigue siendo una amigable sonrisa en mi memoria, en especial el Altiplano Marquense, allá, en Ixchiguán, en Tajumulco, en Tacaná, se tejieron muchas imágenes, muchos sueños que todavía viven y rehacen mi presente.
¡Salud!
Edgar.

Hanna dijo...

Ay nuestro querido san marquitos.... que dirian esas calles si hablaran.... mejor que se queden en silencio.... A ver si pone mas fotos de nuestro pueblo querido... Any.