domingo, 7 de junio de 2009

Chapa y pintura

Aunque la cosa se venía planeando hace ya algún tiempo, no creí que aventurarse a cerrar temporalmente el capítulo en la (como dice Bernabé) hermosa y peligrosa ciudad de Guatemala sería tan complicado. El camino, como es normal lleva la dirección del Altiplano y, desde aquellos lares, seguirá creciendo el tejido del güipil diacrónico de la memoria. No puedo evitar la nostalgia aún cuando no voy tan lejos y eventualmente habré de regresar a seguir lidiando con la burocracia centralizada en esta metrópoli, en ésta que es la selva de hormigón más grande de la América Central, de la misma forma, no puedo evitar extrañar desde ya el caos y el estrés que son parte de mi naturaleza urbana.

La imagen captada en la temporada lluviosa de 2008 en la Sexta Avenida Sur, a un costado del Palacio Nacional, ha sido la elegida para externar mi agrado por estas calles, sobre todo las del Centro Histórico, que ahora serán un punto más en el itinerario turístico, lugar de paso cuando el rumbo esté pactado en el Levante,

Ahora decido tomar por bandera una frase de Fito Páez que marca este necesario cambio de dirección diciendo, al dejar ésta urbe que es mi casa, "Chapa y pintura... y me voy."

No hay comentarios: