sábado, 6 de junio de 2009

Un tanto subliminal


El tejido de una amistad pareciera elaborado con un hilo más resistente que el cáñamo y el andar es mucho más grato cuando la vida se comparte. Con William avanzamos por el rumbo de la Arqueología desde el 2002, cuando, por un relevo de última hora, él terminó integrado a la lista del Proyecto Arqueológico de Sacapulas, en la temporada de campo más sublime de las ya bastantes que cargamos en la memoria (hay un post anterior por ahí referente al mismo lugar y tiempo).
Entre tantos viajes, las dos imágenes de arriba refieren, la primera, a la penúltima temporada que William trabajó conmigo en Atitlán. Ese día andábamos de visita por Chutinamit, sitio Posclásico ubicado en las faldas del volcán San Pedro, un lugar donde las estructuras se ocultan tras el cafetal, resultando el día interesante gracias al descubrimiento de varios petrograbados que no estaban reportados aún. La segunda foto fue tomada por Sergio Cuyán en el puesto de doña Carmen y me trae buena estrella el recuerdo, tanto por el sabor de los chuchitos y el atol blanco de Sacapulas, como por la vivencia de aquel 2006, cuando quedó claro que William está casi tan falto de cordura como yo.


1 comentario:

Hanna dijo...

jajajaja... Dios los cria, y el diablo los junta....